La magra cosecha de 45 unidades, sumada al bajo promedio que aquejaba al equipo, lo condenó a volver a jugar en la división de plata del fútbol argentino, tras sólo 5 temporadas consecutivas en Primera. En aquella serie de reválida, el club se impuso con justeza ante Instituto de Córdoba tras empatar sin goles en la provincia mediterránea y finalizar 1-1 en el partido de vuelta jugado en Ferro, permaneciendo en Primera por la regla de ventaja deportiva.